Imagen de la encarnación del avatar de Sai Baba de Shirdi

Los nombres de las encarnaciones divinas (parciales o totales) pueden usarse como mantras. En la antigua tradición de Bharat (India), Parashurama, Rāma, Hanuman, Krishna, Chaitanya Mahaprabhu y muchos otros tienen sus propios mantras.

Un mantra es una palabra o una serie de palabras sagradas, un símbolo místico de Dios. Lleva consigo un profundo significado que, si se practica según las escrituras, puede conducir a la paz mental, la destrucción de todos los vicios y la eliminación del ego.

Los devotos de Sathya Sai Baba suelen saludarse entre sí con «Sai Ram». Esta tradición, iniciada ya en tiempos de Sai Baba de Shirdi, tiene un significado profundo que exploraremos a continuación. Sathya Sai Baba invitó a su uso mediante estas palabras:

«Cuando se encuentren, no exclamen ¡Hola! o ¡Adiós!, o algún sinsentido. Dejen que el momento del encuentro sea santificado por el recuerdo de Dios; así pues digan: Ram Ram, Ore, Hari
Ore
, o Sai Ram«.
Sathya Sai Speaks («Mensajes de Sathya Sai»), Vol. 10, Capítulo 14, 18/07/1970


En la India y todo el mundo, algunos devotos cantan el nombre “Om Sri Sai Ram”, repitiendo “Om Sri” mientras inhalan aire y “Sai Ram” mientras exhalan. Tratemos de comprender todas y cada una de las palabras que componen el mantra “Om Sai Ram”. Tiene un significado profundo que exploraremos a continuación.

La sílaba «Om» encarna en sí misma y signifca en el «Sanathana Dharma» («Sendero eterno de lo correcto») o hinduísmo la vibración del sónido cósmico, propio del universo.

En el Shiva Purana, Mahadeva afirma:

“Oh queridos hijos, vuestra ilusión fue el resultado de no meditar en Mí. Si hubieras conservado mi conocimiento, no te habrías dejado llevar por ese falso orgullo de ser Maheśa. Entonces, a partir de ahora, ambos comenzarán a cantar el mantra Oṃkāra (Om) para obtener conocimiento de mí. También sofocará tu falso orgullo. He enseñado este gran mantra auspicioso. El Oṃkāra salió de mi boca. Originalmente me señaló a mí. Él es el indicador y yo soy el indicado. Este mantra es idéntico a mí. Repetir este mantra es en realidad como recordarme repetidamente. La sílaba “A” viene primero de la cara que mira al norte; la sílaba ‘U’ mirando hacia el oeste; la sílaba ‘M’ de la cara que mira al sur y el Bindu (punto) de la cara que mira al este. Los dos grupos de seres creados, Nāma (Nombre) y Rūpa (Forma), están impregnados por este mantra. Indican Śiva y Śakti. (…) Toda la serie de Vedas y millones de mantras provienen de esto. Se logran diferentes cosas a través de diferentes mantras, pero todo se logra solo a través del Oṃkāra”.
(Shiva Purana I, c.10, v. 15-23)

La palabra «Sai», significa «santo» en partes meridionales de la India, y fue la primera palabra con la que se dirigió el devoto Mhalsapathi de la localidad de Shirdi cuando vio por vez primera a Sai Baba de Shirdi llegar, en una procesión de boda, en 1872, con la frase «¡Ya Sai!» (Cuya traducción es «Bienvenido Santo!» literalmente). A partir de entonces, todos los devotos de Sai Baba Le llamaron “Sai Baba» o «Sai» o «Baba”.

Respecto al significado del nombre Sai, Bhagavan dijo también:

“Consideremos el significado del nombre Sai Baba. ‘Sa’ significa ‘Divino’; ‘Ai’ o ‘Ayi’ significa ‘Madre’ mientras que ‘Baba’ significa ‘Padre’. El nombre indica Madre y Padre Divino, al igual que Sambashiva, que también significa Madre y Padre Divino. Tus padres físicos muestran amor con una dosis de egoísmo; pero este ‘Padre-Madre’ Sai os muestra afecto o os regaña sólo para conduciros hacia la victoria en la lucha por la autorrealización”.
(Sathya Sai habla, vol. 12, Brindavan, 19/6/1974)

Además, durante un discurso de Navidad, Swami enfatizó una conexión especial entre el nombre Sai y el de Jesús, el Cristo:

“El nombre original de Jesús era Isa, que si se repite se convierte en Sai (Isa-Isa-Isa-Isa, N.d.T.). Tanto Isa como Sai significan Ishvara, Dios, el Eterno Absoluto, Sat-Cit-Ananda (Existencia-Conciencia-Felicidad). En el manuscrito tibetano del monasterio donde Isa pasó algunos años, su nombre está escrito como ‘Isha’, que significa ‘El Señor de todos los seres vivos’. «
(Sathya Sai habla vol. 14, Prashanti Nilayam – 25/12/1978)

El término «Ram» puede verse como una abreviatura del avatar «Rama», lo cual tiene múltiples interpretaciones. Una comprensión es que «Ra» representa al Principio del Fuego, capaz de transformar todo en la nada, mientras que «ma» significa maya o ilusión, haciendo que sea un símbolo para deshacerse de la ignorancia. Adicionalmente, Sai Baba enseñó que «Ram» significa la encarnación del amor, alegría y felicidad.

Es interesante notar que en el Corán a Jesús se le llama con el nombre de Isa. Bhagavan había explicado en otra ocasión el profundo significado del nombre “Rāma”:

“Según Thyagaraja, el nombre ‘Rama’ se deriva de las dos letras ‘Rā’ y ‘Ma’ en los dos mantras asociados con Vishnu y Shiva. Estos dos mantras son: ‘Namo Narayanaya’ y ‘Namah Shivaya’. Sin las sílabas ‘Rā’ y ‘Ma’, los dos mantras pierden su significado. Por lo tanto, ‘Rā’ y ‘Ma’ son las letras que dan vida en los dos mantras. El nombre “Rama” es, por tanto, la esencia vivificante de los dos grandes mantras mencionados anteriormente. El término ‘Rāma’ tiene otro significado esotérico. Se compone de tres sílabas: Ra + A + Ma. ‘Ra’ significa Agni (el Dios del Fuego). ‘A’ representa a Surya (el dios del sol) y ‘Ma’ simboliza a Chandra (el dios de la luna). La combinación de las tres letras forma el nombre Rāma. ‘Ra’, que representa al Dios del Fuego, quema todos los pecados; ‘A’, que representa al Dios Sol, disipa la oscuridad de la ignorancia y ‘Ma’, que simboliza al Dios Luna, enfría el temperamento y produce tranquilidad. El nombre Rama tiene el triple poder de lavar los pecados, eliminar la ignorancia y tranquilizar la mente. (…) En la antigüedad la gente decía que sus secretos internos eran conocidos sólo por el Espíritu del Rama interior (Atma-Rāma). Al Ser también se le llama ‘Rāma’. “Rāma” significa “El que complace”.
(Sathya Sai habla, vol. 31, Brindavan – Rama Navami, 4/5/1998)

En esencia, «Sai Ram» obedece a una premisa fundamental: recordar la divinidad que se encuentra presente en cada ser humano.